
Versos en servilleta
Nunca es tarde para sacar de dentro palabras que nadie supo, y que negamos a la consciencia. Nunca es tarde para aprender a vivir solo, y amar el silencio, para encontrarse a uno mismo.
Versos en servilleta
Quiero creer que cada día una cámara de paso lo encuentra en su café,
que se sienta en su postrero pedacito de vida y ordena el mismo refrigerio de las once.
Quiero creer que vivió aventuras variopintas,
que supo exprimir el cítrico a cada una de sus edades.
Que tomó riesgos, haciendo amigos y enemigos,
superando alegrías y tristezas
afrontando la circunstancia presente como vía única donde caminar erguido,
para amoldarse a las vaivenes de su existencia.
Ahora mi cámara lo encuentra solo,
y parte de mí lo siente solo.
Pero quiero creer que tras enfrentarse al abandono ya sabe vivir en el silencio,
que ha aprendido a asumir las derrotas,
a pasar algunas horas del día mirando a la pared
y no hacer nada.
A prescindir de la fiel certidumbre de que la esperanza todo lo arregla.
Quiero creer que ni los sueños antiguos le hacen ya lamentar palabras que nunca se dijo
y que tras robarle al tiempo las agujas
ahora perpetúa sus pensamientos sobre esta barra,
donde ha logrado congelar el tiempo escribiendo poesía.
Hoy es viernes santo, y acude al bar a saldarle cuentas al alma
y como buen poeta primerizo escribe versos en servilleta
no vaya a ser que en esta su última edad deje dentro de sí historias por contar.
Así lo encuentra mi cámara,
así lo quiere creer mi alma.
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