
Cuando le cortamos las piernas
Atención: ¡En la calle, en las redes, en la prensa, se (en)tiende al sol el estancamiento de nuestra especie!
No me han hecho falta dos vidas
para identificar las puertas que sellan el paso a la evolución humana.
No,
no hacen falta.
Ni vivir otros siglos
para repudiar los sillones del congreso,
que de Pekín a Sacramento,
proclaman bajo la luz de su ego: “Confianza. Todo va bien”.
Un discurso que se sirve como cohecho en bandejas de sobremesa
a espaldas de los ojos de quienes le acomodan la silla y le dan de comer.
Obreros que no ven más allá de la foto y del apretón carnal,
pero sí del circo que permiten estos mismos poderosos,
quienes ordenaron reemplazar leones y gladiadores
por prensa rosa y deporte de élite,
con el propósito de anestesiarles las heridas,
los miedos,
los sueños,
a favor de un “Todo va bien”,
a favor de cartillas de ineptitud.
No me han hecho falta vivir más días
para arrancarles las cortinas al estado del bienestar
y desnudar con una mano la democracia, y la autocracia con la otra,
¿qué más da el régimen?
Si es la codicia indistintamente quien reparte los fusiles y las vacunas
a base de muertes y vidas lucrativas.
No,
no me han hecho falta vivir más días
para saber que la guerra es como una mesa de póker
rodeada de cabezas pensantes que simulan odiarse mediáticamente.
Cabezas fumadas por la droga que restringen
y que tejen la historia jugando sus cartas de exterminio
las cuales aprendieron en los mejores colegios de occidente.
No me ha hecho falta comprarme todos los periódicos del mundo,
ni regodearme en titulares libertinos que poco dicen y mucho esconden,
ni adentrarme en cada una de las doctrinas escolares que subyugan la gran manada.
Una educación fotocopiada y maquinada hacia un mismo oasis:
La indiferencia.
No me ha hecho falta conocer la política de cada pueblo,
ni empaparme sus constituciones y sistemas judiciales,
para entender que somos un número que lo mismo sube o baja,
que cumplir con nuestros derechos y deberes
es como hipotecarse la vida con una caja de seguridad compartida
a la que solo un puñado de listos cedieron la llave maestra.
Después nos obligarán a familiarizarnos con vocablos finos: rescate, ajuste, crisis.
Vocabulario que aprenderemos para mantener nuestro sistema,
-porque es nuestro-,
y pagar el hurto de los listos.
Que la codicia es inmune al escarmiento y al castigo
ya no sorprende,
pero que a la ignorancia es hora de cortarle las piernas
ya en un hecho,
y para hecho,
este poema.
teacher, me ha encantado, te echo de menos, por si no te acuerdas soy david garcia medina , te echamos de menos saludos
Hey Deivid!!!
Thanks for writing!!!
Me alegra mucho saber de ti, y también me alegra que hayas encontrado mi blog.
Dale un fuerte abrazo a todos nuestros compañerose invítales a que conozcan el blog. Leer nos mantiene despiertos, y escribir vivos.
Pronto nos veremos.
See you soon friend.