
Gracias Medellín
Fue un 5 de julio
Y saber que fue hace un año cuando nos presentaron.
Yo con la ignorancia de mis dudas estereotipadas,
tú en tu frenesí evolutivo que acabó por engancharme.
Me recibiste mojada,
con un hálito cálido de noche primaveral,
ése que pronto entendí lo bien que irradias.
Pregunté por ti nada más llegar,
sujetando valijas en la sinfonía de taxistas que alababan tu nombre.
No te conocía,
pero mi corazón ya palpitaba diferente.
Me condujeron por recovecos de espesura frondosa,
hasta que centenas de pequeñas luciérnagas chispeantes
que se multiplicaban agarrándose al monte
dirigieron inexorablemente mi destino a la mesura nocturna de tu valle.
Después de aquel verano europeo tropical
sucumbí al despliegue senil de tus encantos.
Ando en la cuenta de no haber sido ni el primero ni el último.
No sé si fue la irregularidad de tu cielo impredecible,
tus protuberancias terrestres que subí y descendí,
o la feminidad que dejaban ver tus calles
donde cualquier esquina fue amor a primera vista.
Si tuvieron algo que ver tus teatros populares,
tu aura poeta con sabor a mí,
o las mariposas florales de tus fiestas.
Te convertiste en cinéfila casual,
reproduciendo escenarios de “Antes del amanecer”.
Quizás no hubo un antes ni un después,
sino un durante.
Por eso volví para quedarme.
Y aunque hoy te siento bien distinta,
es un sentir nuevo, recién nacido,
al que agradecido,
doy luz a través de mi tinta.
Saboreando Colombia
Comentarios recientes