
Ya no
Ya no.
Ya no controlo la demencia de mis recuerdos.
No aprendí a gobernar mi fantasía
ni a flotar en el dolor
que supone pincharse en la utopía.
En la utopía del tiempo,
ese en el que fuimos
pero nunca más seremos.
Ya me cuesta alcanzarte,
soy huellas de olvidos.
Resignado.
Resignado me tiro a la mar
invento lunas,
y busco atajos de vida.
¿Los secretos, los enigmas, los silencios?
¿Qué hacemos con ellos?
¿Dónde estás para responderlos?
Ya no.
Ya no dibujas galaxias,
ni mides el cielo
ni cuentas estrellas.
Se han ido.
Terrenal y cobarde,
ahora bailas en el abismo de lo concreto
sonríes a tu independencia
en viajes de halagos y status
fomentando nuestra diáspora de memorias
y ausentándote de la biografía que una vez empezamos
sobre papeles mojados
en capítulos blancos
de tinta pusilánime.
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