
Un beso de esos
En ocasiones regalamos nuestra afectividad a personas que realmente desconocemos, con las que apenas hemos compartido minutos de nuestra vida, pero a las que invitamos a que formen parte de nuestro mundo afectivo a pesar de la incertidumbre.
“Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria”
Gabriela Mistral
Pero cómo detenerlos. Si no hay palabras, ni teorías, ni argumentos que suplan la experiencia de la mirada afectiva, del roce entre cuerpos, de la caricia que penetra, del abrazo que consuela y del beso que aniquila.
Un beso de esos
Yo sé de espíritus libres
que se aventuraban a buscarlos en sonrisas bisturí de noches rosadas,
en la frialdad de un afecto superfluo,
dentro de cuerpos estancados por una libido
que entumecía el flujo sanguíneo,
congelando la carne por falta de estaciones de amor.
Yo sé de seres que volaban en el fervor de la idiosincrasia de países lejanos
esperándolos como carta de bienvenida en su aterrizaje
cuando el carmín de aquel verano esperaba su remplazo.
Algunos los imitaban con amantes
o incluso,
lo practicaban de cara al espejo,
perdiéndose la magia de aprender haciendo.
Otros más ilusos,
los encontraban en cafés color otoño entre tazas de té literario.
En los silencios de cines de versión original.
Subiendo cerros a espaldas del mundo civilizado.
En teatros de tres rombos.
Cantando en caravanas “serpénticas” entre pueblos patrimonio.
O en la novedad de diálogos interculturales sin final feliz.
Los más utópicos,
anhelaban que los trajera Navidad
envueltos en postales de nostalgia,
y que supiesen a la casualidad de un primer agosto
cuando sumergidos en un laberinto de sorpresas,
la piel era alma
y el alma sufría la tibiez de sentidos hambrientos.
Hay quienes enloquecen cuando creen inventarlos para unos labios,
los cuales ya no tiemblan
porque no hay sopresa.
Ni erizan los tejidos,
porque no hay respuesta.
Ni saben a canciones
Porque están muertas.
Ni creen en casualidades,
porque ya no quieren vivir en mi boca.
Hermoso BESOS literatos!!! Eso profundidad solo se logra en alguien con mucha sensibilidad, y una sabiduria extrasensorial!! felicidades.
Gracias Francia. Esta experiencia está dando para exprimir todo lo que uno pueda dar, y más.
Me alegro de leerte de nuevo.
Ya veo que vas creciendo a la colombiana y realizando tus objetivos. Seguro que todo este caudal de experiencias te servirá para siempre.
Un fuerte abrazo. Pedro Ignacio y familia.
Muchas gracias por el comentario Pedro. Me alegra que me sigas. Comentarte amigo, que después de diez minutos intentando refrescar la memoria, y de pensarme esta pregunta, no le pongo cara a tu nombre y apellidos. Ponme en situación
Un abrazo Pedro
Jesús, aquí sigo con tu Blog. La verdad es que eres muy bueno escribiendo. Me quedo con los ojos como huevos de paloma leyendo tus poemas.