
Alma gemela
Alma gemela
La encontré en el desarrollo de nuestras pasiones,
despeinada por el poniente travieso de un reciente pasado patagónico.
Le brillaba el rostro cuando ponía en uso su sonrisa cafetera
que le endurecía la barbilla y le estiraba las cejas de manera cariñosa.
Su nariz sabia y puntiaguda por donde exhalaba el olor propio de la belleza.
Su boca agrietada por el salitre de los mares del sur.
Sus brazos bronceados por la voluntad de los cielos del mundo
sujetaban una valija de cuero andino que parecía liviana,
pero que escondía una antología de frascos llenos de puñaditos de otras vidas.
A su espalda un halo de globos esperanza le daban color a los andenes de sus sueños,
sueños que resultaron afines a los míos.
No desfilaba en clase turista, nació en ella.
Se subía en trenes, carros y carretas, de agentes desconocidos
que le abrían el apetito por seguir respirando.
Eternizaba la curiosidad de los porqués y para qué
para darle un sentido al rumbo de lo invisible ante los ojos.
Con carboncillo estampaba los recuerdos en hojitas ocre que firmadas en verso
colgaba en sus habitaciones errantes para iluminar a otros viajeros.
Descalza palpitaba las heridas de la Tierra
recorriendo los años de los pueblos y sus campos,
y con palabras y silencios alumbraba el destierro de los que se creían olvidados.
Mi alma viajera, no siempre era experta,
era también sensible a los miedos de almohada,
tenía pendientes cicatrices por curar
e incluso reconocía correr las cortinas algunos amaneceres para evitar la tristeza de Occidente.
Y lloraba, créanme que lloraba por sus pecados y debilidades,
lloraba hasta enrojecer el iris de sus almendras verdes.
Tengo que decir que, de un modo que aún no domino,
desenredaba la amígdala y le aplanaba el camino a la resilencia.
Desarmada, no hundida,
se pintaba los labios con el roce de las buganvillas del Mediterráneo,
y se tiraba a la calle sin planes ni ataduras,
otra vez en el camino, allí donde me la encontré,
dispuesta a tatuarse la memoria con otro viaje y a llenar nuevos frascos
con los saberes del mundo y sus gentes.
Mi alma gemela,
mi alma viajera,
mi compañera.
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